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¿Un rayo de esperanza con los aranceles? Cómo la política económica podría impulsar la construcción tecnológica en EE. UU.
06 mayo 2025
En una era definida por la incertidumbre geopolítica y la disrupción en la cadena de suministro, algunas de las compañías tecnológicas y manufactureras más poderosas están respondiendo, no retrocediendo, sino fortaleciéndose.

Medidas recientes de empresas como el gigante tecnológico estadounidense Nvidia sugieren que, si bien los aranceles a las importaciones estadounidenses introducen volatilidad a corto plazo (especialmente en el sector tecnológico), también pueden estar impulsando la inversión interna a largo plazo y, con ella, una nueva ola de construcción en todo Estados Unidos.
Nvidia apuesta por supercomputadoras e infraestructura de IA de fabricación estadounidense
La señal más clara llegó en abril de parte de Nvidia, el fabricante de chips más valioso del mundo (con una capitalización de mercado de 3,6 billones de dólares), cuando anunció un importante plan para fabricar supercomputadoras de inteligencia artificial “Made in America�.
La iniciativa, presentada en asociación con fabricantes de servidores estadounidenses como Dell Technologies, Hewlett Packard Enterprise y Supermicro (todas empresas estadounidenses), tiene como objetivo construir fábricas de IA capaces de soportar la creciente demanda de cargas de trabajo de IA generativa.
El director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, afirmó que la compañía se apoyaría en una red de socios estadounidenses para ensamblar las supercomputadoras de IA, señalando que «la IA está impulsando la conversión de los centros de datos en fábricas de IA� fabricadas en Estados Unidos». Una vez en funcionamiento, se cree que será una primicia para Estados Unidos: construir supercomputadoras dentro de sus propias fronteras.
El nuevo modelo productivo requerirá la construcción de infraestructura informática altamente especializada en todo el país.
Un proyecto de este tipo ya está tomando forma en Silicon Valley: según se informa, Nvidia planea un centro de datos de 750.000 pies cuadrados en Santa Clara, California, en colaboración con Vantage Data Centers. La instalación, cuya entrada en funcionamiento por fases está prevista para finales de 2025, soportará hasta 100 MW de potencia y contará con refrigeración de alta densidad para gestionar las demandas del entrenamiento y la inferencia de la IA.
Esta planta de Santa Clara es solo una parte de una inversión mucho mayor. Nvidia ha revelado sus planes de invertir hasta 500 000 millones de dólares en los próximos cuatro años, incluyendo la construcción de más de 90 000 metros cuadrados de nuevas instalaciones de fabricación en Texas y Arizona.
Según se informa, el fabricante de electrónica taiwanés Foxconn está construyendo una planta con Nvidia en Houston, mientras que otro fabricante con sede en Taiwán, Wistron, está desarrollando otra en Dallas.
En Arizona, un tercer fabricante taiwanés, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), producirá los chips Blackwell de Nvidia, mientras que Amkor, con sede en EE. UU., y Siliconware Precision Industries (SPIL, con sede en Taiwán), se encargarán del empaquetado y las pruebas de los chips.
Instalaciones como estas requieren sistemas de refrigeración avanzados, una infraestructura energética robusta y precisión ambiental, que abarca desde el blindaje electromagnético hasta los controles de humedad y calidad del aire. Estas características de construcción son fundamentales para mantener la disponibilidad y el rendimiento en las operaciones de IA.
Si bien Nvidia no actúa como contratista general, se espera que su iniciativa genere cientos de miles de empleos y nuevas oportunidades en los sectores de la construcción y la fabricación.
Desde fábricas de semiconductores hasta centros de datos preparados para IA, el esfuerzo representa un enorme canal de desarrollo de infraestructura de alta tecnología.
AMD sigue el ejemplo con nueva fabricación en EE.UU.

Nvidia no está sola.
Otro fabricante de chips estadounidense, AMD, confirmó recientemente que sus procesadores para servidores EPYC se fabricarán próximamente en la nueva planta de TSMC en Arizona. Esta es la primera vez que los chips para centros de datos de AMD se producirán en territorio estadounidense, lo que forma parte de una tendencia más amplia del sector de trasladar la fabricación de alta tecnología a zonas más cercanas.
«Taiwán sigue siendo fundamental para AMD», declaró la directora ejecutiva, Lisa Su, a la agencia de noticias Reuters, «pero nos estamos diversificando. Estados Unidos desempeñará un papel más importante en nuestra hoja de ruta de cara al futuro».
AMD también adquirió ZT Systems, un importante proveedor de servidores de inteligencia artificial con sede en EE. UU., fortaleciendo aún más su presencia nacional.
La planta de TSMC en Arizona (donde AMD planea fabricar) es en sí misma un proyecto de construcción de alto perfil, con más de 40 mil millones de dólares comprometidos y numerosos contratos adjudicados para instalaciones especializadas de salas blancas, servicios públicos y logística.
JCB redobla su apuesta en Texas

En el sector de equipos de construcción, el fabricante británico de equipos originales JCB está adoptando un enfoque similar, aunque desde un sector ligeramente diferente.
En respuesta a los nuevos aranceles a las importaciones del Reino Unido, la empresa anunció recientemente que duplicará el tamaño de su fábrica en construcción en San Antonio, Texas. La expansión busca mitigar la exposición arancelaria mediante la localización de la producción.
La instalación, que se espera emplee hasta 1.500 trabajadores, fabricará máquinas para el mercado norteamericano, lo que permitirá a JCB eludir las barreras comerciales y al mismo tiempo captar la demanda local.
Aunque es de menor escala que los esfuerzos de Nvidia o AMD, ejemplifica cómo incluso los fabricantes de equipos tradicionales están adaptando sus operaciones en respuesta a la política económica global.
¿Signo de los tiempos o un fenómeno pasajero?
Sin embargo, el tiempo dirá si los anuncios de hoy son parte de un reposicionamiento a largo plazo de la industria manufacturera estadounidense o simplemente son poderosos casos atípicos que se aprovechan de los riesgos a corto plazo.
Si bien los aranceles y las tensiones comerciales suelen presentarse como riesgos comerciales, las respuestas de Nvidia, AMD y JCB sugieren que también se está desarrollando una narrativa diferente.
Impulsadas por la incertidumbre política, las empresas están reevaluando sus estrategias globales y, al menos en estos casos, están optando por construir en Estados Unidos.
Para la industria de la construcción, este cambio ofrece más que un simple valor simbólico. Cada nuevo centro de datos, planta de fabricación o fábrica de equipos representa no solo un resultado político, sino también una cartera de proyectos reales, empleos e inversiones a largo plazo.
En 2025, proyectos como estos podrían ser un denominador común si Estados Unidos logra concretar su resurgimiento industrial de alta tecnología.
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